Acompañamiento emocional en quirófano
Health Coach
Desde bien pequeña me ha “tocado” pasar por demasiados quirófanos.
De mi experiencia personal valoré y eché de menos muchas cosas que a día de día hago en UNA como “Health Coach” acompañando a nuestras pacientes en el proceso quirúrgico.
Recuerdo eternos los pasillos desde que me despedía de mi familia en la habitación y me llevaba el celador camino de quirófano… recuerdo el frio paralizante al entrar en quirófano…cuantas máquinas, cuantos ruidos, cuánta gente que no tenía ni idea de quien era…”soy el anestesista” “soy la enfermera, por aquí el brazo” “quítate la bata” y por fin aparecía al único que conocía… mi cirujano que me saludaba rápidamente y me decía que se iba a lavar y empezábamos.
ACOMPAÑAMIENTO EMOCIONAL QUIRÓFANO
Health Coach
Desde bien pequeña me ha “tocado” pasar por demasiados quirófanos.
De mi experiencia personal valoré y eché de menos muchas cosas que a día de día hago en UNA como “Health Coach” acompañando a nuestras pacientes en el proceso quirúrgico.

Recuerdo eternos los pasillos desde que me despedía de mi familia en la habitación y me llevaba el celador camino de quirófano…recuerdo el frio paralizante al entrar en quirófano…cuantas máquinas, cuantos ruidos, cuánta gente que no tenía ni idea de quien era…”soy el anestesista” “soy la enfermera por aquí el brazo” “quítate la bata” y por fin aparecía al único que conocía…mi cirujano que me saludaba rápidamente y me decía que se iba a lavar y empezábamos.
«Piensa algo bonito…»
Solo una vez recuerdo que la anestesista me diera ese consejo…. yo lo hacía por mí misma imaginándome en mi playa o celebrando mi cumpleaños con mi familia… recursos que aprendí a base de experiencia personal y a día de hoy aplico y trasmito a nuestras pacientes.
Miedo a lo desconocido, incertidumbre, dudas sobre el dolor, la anestesia…son demasiadas emociones las que se viven en un proceso quirúrgico y su punto más álgido es dentro de quirófano; un lugar demasiado vulnerable para quien no es sanitario.
«Piensa algo bonito…»
Solo una vez recuerdo que la anestesista me diera ese consejo….yo lo hacía por mí misma imaginándome en mi playa o celebrando mi cumpleaños con mi familia…recursos que aprendí a base de experiencia personal y a día de hoy aplico y trasmito a nuestras pacientes.
Miedo a lo desconocido, incertidumbre, dudas sobre el dolor, la anestesia…son demasiadas emociones las que se viven en un proceso quirúrgico y su punto más álgido es dentro de quirófano; un lugar demasiado vulnerable para quien no es sanitario.

El valor de la experiencia
Mi labor en “UNA” es hacer esa experiencia lo “más positiva” posible acompañando a nuestras pacientes en cualquier momento del proceso quirúrgico. Hablando con ellas los días previos para ir preparando emocionalmente la cirugía, recibiéndolas en la habitación y valorando el estrés previo así como buscando recursos que puedan a ayudar a reducirlo en caso de ser necesario, acompañándolas hasta dentro de quirófano, estando con ellas hasta que son anestesiadas y allí estoy en el momento en el que se despiertan, y volvemos a la habitación.
Ellas saben quién soy, como me llamo y saben que cuando se duerman y se despierten seré quien esté allí acogiendo todas esas emociones que un proceso quirúrgico despierta.
Es fundamental que un paciente entre al quirófano con bajos niveles de estrés. El estrés elevado puede afectar la respuesta a la anestesia, aumentar la presión arterial, amplificar la sensación de dolor y dificultar la recuperación. Una paciente tranquila tiene una mejor respuesta inmunológica y psicológica postoperatoria favoreciendo una recuperación más rápida.
Con el máximo respeto y admiración al equipo médico, nuestra motivación es acompañar emocionalmente a nuestras pacientes para que puedan vivir el proceso quirúrgico con el menor miedo posible, haciéndoles el paso por quirófano de la forma más amable para conseguir los mejores resultados para todos, pero ante todo, su bienestar físico y emocional.
El valor de la
experiencia
Mi labor en “UNA” es hacer esa experiencia lo “más positiva” posible acompañando a nuestras pacientes en cualquier momento del proceso quirúrgico. Hablando con ellas los días previos para ir preparando emocionalmente la cirugía, recibiéndolas en la habitación y valorando el estrés previo así como buscando recursos que puedan a ayudar a reducirlo en caso de ser necesario, acompañándolas hasta dentro de quirófano, estando con ellas hasta que son anestesiadas y allí estoy en el momento en el que se despiertan, y volvemos a la habitación.
Ellas saben quién soy, como me llamo y saben que cuando se duerman y se despierten seré quien esté allí acogiendo todas esas emociones que un proceso quirúrgico despierta.
Es fundamental que un paciente entre al quirófano con bajos niveles de estrés. El estrés elevado puede afectar la respuesta a la anestesia, aumentar la presión arterial, amplificar la sensación de dolor y dificultar la recuperación. Una paciente tranquila tiene una mejor respuesta inmunológica y psicológica postoperatoria favoreciendo una recuperación más rápida.
Con el máximo respeto y admiración al equipo médico, nuestra motivación es acompañar emocionalmente a nuestras pacientes para que puedan vivir el proceso quirúrgico con el menor miedo posible, haciéndoles el paso por quirófano de la forma más amable para conseguir los mejores resultados para todos, pero ante todo, su bienestar físico y emocional.
Contacto
¿Tienes alguna duda o pregunta? No dudes en contactar con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.
Teléfono : 603 750 394
Email : info@luummujer.com